¿Cómo fueron tus inicios en la música?

Se puede decir que desde siempre estuve encaminado, aquí en Tamazulápam estamos rodeados de música de cuerdas, bandas filarmónicas y todo lo que llegaba de fuera como cumbias, corridos y más. Mi abuelo paterno fue uno de los primeros músicos de Tamazulápam, yo creo fue mi herencia. Luego decidí irme hacía el rap espontáneamente, mi primo hermano Uriel me regaló un disco de rap chicano, me enamoré de ese disco y de ahí nació este sueño.

¿Cuáles son los temas que has explorado en tu música?

Me enfoqué en la realidad, en contar vivencias. Por ejemplo, mi primer demo se llamó Buscando Conciencia, de ahí salió Vital, un tema que lanzamos hace unos meses. También he hecho letras con crítica social. Después empecé a hacer rap en mixe que es mi lengua, empecé a contar vivencias de la comunidad, de la herencia de los abuelos, de conservar nuestras tradiciones, más a la parte cultural.

¿Cómo te ha ido con la respuesta del público?

Partiendo de la comunidad fue una lucha constante, fui abriendo el espacio, empecé a organizar eventos de rap desde 2010. He estado generando esos espacios y así es como la gente me ha ido conociendo. Los más interesados han sido profesores, amigos interesados en el arte e incluso he visto a los niños disfrutando de mi música. Conocen más mi proyecto en Ciudad de México que en Oaxaca, ha sido más el apoyo externo.

¿Cómo trabajaste Música Maxica?

Hice la composición base, el mismo clarinete dio las palabras de música. Lo trabajé con Frankie Mares que es mi productor, también es baterista de Troker, él propuso ese nombre para esta canción. Representa mucho para mí porque la música me salvó de andar en las pandillas y me siento afortunado de poder dedicarme a esto.